Introducción: Las infecciones urinarias (IU) son causa importante de morbimortalidad. Conocer los microorganismos prevalentes permite optimizar la elección de un plan antibiótico empírico adecuado.
Objetivo: Determinar la etiología de las IU de pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intermedios (CI) del Hospital de Clínicas en el período 2015-2017.
Metodología: Estudio descriptivo retrospectivo. Se incluyeron pacientes ingresados por IU o que desarrollaron la misma durante su estadía. Se analizaron 2 subpoblaciones según adquisición comunitaria o intrahospitalaria. Se consideraron variables demográficas, clínicas, microbiológicas y tratamiento. Las variables se expresaron en proporciones, medias y/o medianas. Las diferencias entre grupos de datos fueron calculadas por diferencia entre proporciones, test de t o MannWhitney según correspondiera. Se consideraron de significación un valor de p<0.05.
Resultados y discusión: Resultados (tabla 1) Hubo 798 pacientes ingresados en el período, de los que 52 cumplían con los criterios de inclusión, siendo 31 mujeres, con una mediana de edad de 56 años (p25-p75 37-70) y Charlson de 3 (1-4) Se registaron 30 IU intrahospitalarias y 22 comunitarias, siendo 44 IU complicadas según sistema ORENUC. De las IU comunitarias 3 presentaron abscesos y 7 cumplian los criterios de sepsis según el Consenso Sepsis-3. En las monomicrobianas se aislaron enterobacterias en 11 de 13, encontrándose un aislamiento de Klebsiella pneumoniae productora de Betalactamasas de Expectro Extendido (BLEE). Los pacientes con aislamiento diferente a enterobacterias sensibles, tenían factores de riesgo para patógenos resistentes. El tratamiento empírico fue adecuado en 10 de los 13 pacientes con aislamientos monomicrobianos, e inadecuado en 3 pacientes en los que se aislaron enterobacterias productoras de BLEE, Enterococcus sp. y bacilos Gram negativos no fermentadores (BGN NF). En los 30 pacientes con IU intrahospitalarias, 1 fue un absceso y 12 presentaron sepsis. De los 29 aislamientos monomicrobianos 21 correspondieron a enterobacterias (11 productoras de BLEE). El tratamiento empírico fue adecuado en 22 pacientes e inadecuado en 7 pacientes en los que se aislaron enterobacterias productoras de BLEE, Enterococcus sp. y BGN NF. Todas las enterobacterias aisladas eran sensibles a carbapenémicos independientemente del origen de la IU. De los pacientes que desarrollaron sepsis nefrourológica, al ingreso un 50% tenía un quick SOFA (qSOFA) igual o mayor a 2. En las IU comunitarias que ingresan al CI predominan como agente causal las enterobacterias no productoras de BLEE, por lo que en pacientes sin shock séptico ceftriaxona es aún una buena opción para tratamiento empírico a excepción de los pacientes que tienen factores de riesgo para microorganismos resistentes. En las IU intrahospitalarias, predominan enterobacterias con mayor prevalencia de productores de BLEE y por lo tanto los planes empíricos deben incluir su cobertura ya sea asociando un aminoglucósido o indicando un carbapenem (de elección estos últimos si hay bacteriemia o shock séptico).
Conclusiones: Una de cada cuatro veces el tratamiento empírico es inadecuado tanto en IU comunitarias como hospitalarias. Esto refuerza la necesidad de adherir a las guías como los flujogramas del PROA de nuestra institución. Cabe destacar que el score qSOFA tiene limitaciones para predecir sepsis como ya ha sido reportado por varias series.