Introducción: Las presentaciones clínicas de la aspergilosis configuran procesos invasivos, semiinvasivos así como no invasivos, lo cual estará determinado principalmente por el status inmunitario del paciente y por el mecanismo de inoculación del hongo. La afección cutanea por Aspergillus spp, puede ser traducción de la diseminación de una infección fúngica invasiva (IFI), así como la afectación localizada entre quienes han perdido la indemnidad de la piel. Esta última llamada micosis por implantación es poco frecuente y se produce al inocular conidias en pacientes quemados o durante la colocación de catéteres venosos o arteriales en condiciones deficientes de asepsia de piel.
Caso clínico: Presentamos un caso clínico en paciente de sexo masculino de 54 años de edad, en el que se diagnostica concomitantemente infeción por VIH, en estadío SIDA y linfoma no hodgkin difuso a grandes celulas B. Recuento de CD4 de 33/mm3. Se inicia tratamiento antirretroviral y profilaxis con trimetoprima-sulfametoxasol y azitromicina. Posteriormente quimioterapia (QT). A los 6 días del inicio de la QT instaura neutropenia profunda. A las 24 horas del inicio de la neutropenia presenta único registro febril y en sitio de punción de vía venosa periférica (vvp) proceso ulcerado con secreción serohematica que se interpreta como flebitis de miembro superior izquierdo. Se inicia tratamiento empírico en base a vancomicina y meropenem el cual recibe por 14 días. Se realizan hemocultivos, que resultan sin desarrollo bacteriano inespecífico. Evolución en apirexia pero con persistencia de la lesión a pesar del tratamiento antibiótico. Se realiza biopsia para estudio micológico la cual evidencia en estudio directo, filamentos hialinos y cultivo a las 48 horas con desarrollo de Aspergillus fumigatus. Con planteo de micosis por implantación por Aspergillus fumigatus se inicia tratamiento con anfotericina B desoxicolato que se rota a voriconazol a los 7 dias. Se realiza resección de tejidos comprometidos sin evidencia de afectación profunda. Cultivo de tejido resecado desarrolla Aspergillus fumigatus. Exclente evolución de la lesión cutánea. No reitera registros febriles ni sintomatología evocadora de IFI. Enfermedad hemato-oncológica en remisión. Completa 6 semanas de tratamiento antifungico.
Conclusiones: Si bien no se conoce el porcentaje de infecciones fúngicas en lesiones de piel asociadas a sitios de punción venosa o arterial, se debe siempre sospechar las mismas cuando la evolución no es favorable bajo correcta antibioticoterapia. La confirmación microbiológica es esencial para diferenciar de otros patógenos más comunes como los staphylococcus o los bacilos gram negativos (BGN). Dentro de las causas fúngicas se destacan además la mucormicosis y el fusarium. Siempre considerar la intervención quirúrgica asociada a la terapia antifúngica.